El dormir en el trabajo no es una práctica muy común en Chile y puede ser considerada una falta de compromiso con la organización, ya que está directamente asociada con una baja productividad o, como se dice coloquialmente, “sacar la vuelta”. Sin embargo, en Japón dormir siesta en la jornada laboral no es visto como una falta, sino que es socialmente aceptada y, en muchos casos, interpretada como una señal de dedicación y esfuerzo extremo.
Según el Instituto Nacional de Salud y Nutrición de Japón, más del 39 % de los trabajadores reporta pernocta menos de seis horas por noche, por lo que la siesta se convierte en una forma de recuperar energía sin dejar de cumplir con las obligaciones laborales. Además, para muchos expertos, dormitar algunos minutos después de almuerzo o en la mitad de un día de trabajo puede traer beneficios tanto para los trabajadores como la compañía.
Para Hugo Álvarez Yapur, especialista en recursos humanos, empleabilidad y CEO de Rise Job Hunting, “dormir una siesta en el trabajo puede ser beneficioso para la productividad y el bienestar, siempre y cuando se haga de manera estratégica y respetando las normas de la empresa. Algunos beneficios son que mejora la concentración y la productividad, ya que puede ayudar a recargar energías y mejorar el enfoque”.
Al mismo tiempo, Álvarez destaca que “también ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, ya que favorece a calmar la mente y reducir la tensión. Por último, aumenta la creatividad, estimula la imaginación y la resolución de problemas.
Sin embargo, el CEO de Rise Job Hunting destaca que es importante considerar las políticas de la empresa, que debe permitir las siestas o tener un espacio adecuado para hacerlo. La duración de una siesta corta es de 15-20, ideal para evitar entrar en un ciclo de sueño profundo, y el mejor momento es después de la comida, cuando el cuerpo naturalmente se siente más relajado”.
Finalmente, y respecto a si es una modalidad que podría funcionar en nuestro país o en la cultura occidental, Hugo Álvarez sostiene que “podría ser beneficioso en Chile, considerando las largas jornadas laborales existentes, no obstante, la cultura laboral chilena puede ser conservadora respecto a la siesta en el trabajo, ya que algunos pueden verla como una falta de profesionalismo o compromiso. Podría ser beneficioso, pero requiere una implementación cuidadosa y una cultura laboral abierta a cambios”.